Fortuna y Ocasión
Fortuna y Ocasión |
Fortuna en
cambio era chic, bella, elegante, de larga cabellera, en fin,
espléndida y muy caprichosa. Tiene en Roma diversas denominaciones explicadas
magistralmente por Maria Gallardo López en La fortuna de los
romanos.
Fortuna tenía
la manía de no pasar dos veces en el mismo lugar y Ocasión dominaba el
arte de la evasión. Fortuna y Ocasión conocían bien las debilidades humanas, en
especial esa costumbre tan extendida de atribuir a los dioses, gobiernos,
parejas, jefes y otros como responsables de nuestro destino para bien o para
mal. Ambas Diosas eran escurridizas y siempre estaban en movimiento. El
movimiento es la clave escondida para conectar con ellas.
Sobre la
relación del movimiento y la fortuna puede observarse que en la Carta X del
Tarot denominada "La Rueda de la Fortuna" se representa el movimiento
por excelencia, la vida misma y sus ciclos. A veces arriba, a veces abajo y
siempre girando, con animales que suben y bajan mostrando los ascensos, caídas
y en el medio quieta observa una Esfinge, regia, con su espada triunfante
conocedora de los misterios y el silencio, siempre dispuesta a sacar la cabeza
al que no sepa responder sus acertijos, pero también a discernir lo bueno y lo
malo, representando así la sabiduría, ahora bien hay un pequeño detalle que
suele pasar desapercibido y es la manivela ¿Quién mueve la manivela? ¿La mueven
los Dioses o la mueve uno mismo? La respuesta a esta incógnita determina
que seamos del grupo de los humanos que deja en manos de la fortuna, dioses,
gobiernos, pareja y otros el propio destino o del otro grupo de humanos que
asumen sus causas y consecuencias porque saben que ellos mismos crean las
ocasiones, crean las oportunidades, construyen su propio devenir.
Fortuna y
Ocasión pasean juntas en los jardines de su Panteón, como amigas cercanas se
contaban las últimas novedades de sus divinas vidas, se contaban entre otras
cosas sus proezas para escapar de los humanos.
- No es muy
difícil - dice la Diosa Ocasión, a menudo los humanos me dejan pasar sin
siquiera detenerse a observarme, me presento ante ellos en sus sueños, en forma
de ideas, en llamadas, en corazonadas, les hablo a través de un libro o en un
mensaje, no importa que sea por whatsapp o telegram, ellos no prestan atención,
entonces les doy la espalda y ya sabes Fortuna; se dan cuenta que les hablé
cuando ya no pueden alcanzarme, entonces se lamentan diciendo "la Ocasión
es calva".
Referencias:
·
La fortuna de los romanos; Mª D. Gallardo López (UCM)
Comentarios