Aprender del fracaso


Charles Dickens afirmaba que "Cada fracaso enseña al hombre algo que necesitaba aprender" esta afirmación nos enseña que percibir el fracaso como parte del aprendizaje y desarrollo de las personas en las organizaciones puede hacer una gran diferencia entre un equipo de alto o bajo desempeño, desmitificar el fracaso es una tarea que requiere de actitud positiva, paciencia y tolerancia ante los errores propios y ajenos.

La gente más exitosa es la que ha más ha fracasado, la diferencia entre el resto de los mortales es que han aprendido a transmutar las experiencias desafortunadas en nuevas posibilidades y soluciones a sus planteamientos. No se trata de hacer una Oda al fracaso, pero si es importante vencer el miedo a perder, entender que uno se hace camino al andar, que siempre nos encontraremos con adversidades, pruebas, variables extrañas y situaciones inesperadas mientras transitamos el camino del éxito.

El temor al fracaso es un mito ampliamente extendido que aún paraliza a muchas personas y por ende puede tener un impacto negativo en la cultura organizacional. La vergüenza, la frustración y la decepción son reacciones normales ante los fracasos, sin embargo es muy importante tenernos paciencia en esos momentos, procesando las frustraciones con inteligencia emocional.

Fracasar también es una etapa importante en el desarrollo de la resiliencia, habilidad clave de estos tiempos digitales para todo aquel que se proponga gerenciar talentos. Es importante comprender que fracasar no es un estado permanente del ser, antes bien suele suceder que puede ser la antesala del verdadero éxito, es por ello que desmontar los mitos acerca del fracaso se vuelve una necesidad para el crecimiento personal y profesional.



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