Psicología de los rituales

Los rituales en la vida cotidiana

Así como el sol muere en cada atardecer para renacer más fuerte en la alborada, así también morimos y nacemos todo el tiempo, toda nuestra existencia humana está marcada por ciclos con sus inicios y finales, aunque no seamos conscientes de los pasos que damos, día a día realizamos pequeños rituales convertidos con el paso del tiempo en hábitos que repetimos mecánicamente olvidando su aspecto trascendente.

Los rituales forman parte de nuestra vida cotidiana. Todos participamos en mayor o en menor medida algún momento de nuestras vidas en bodas, bautismos, cumpleaños, despedidas de solteros, debuts y baby showers entre otros eventos sociales que se realizan en la comunidad a la que pertenecemos, ya sea desde una afiliación religiosa, familiar, de vecinos, de compañeros de escuela o facultad, de un club social, un gremio profesional o cualquier otro tipo de comunidad con la que mantengamos un vínculo en común.

Los ritos de paso

Aunque nuestra vida cotidiana está llena de diversas clases de rituales, existe un tipo de ellos que son especialmente significativos para la psique y la salud mental, esos rituales son conocidos desde la antigüedad como ritos de paso y están profundamente arraigados en todas las culturas, a pesar de que nuestra exaltada postmodernidad muchas veces intenta alejarse desesperadamente de sus raíces culturales, los ritos siguen vivos en las personas que los practican y de esa manera sin saberlo nos salvan del vacío existencial.

Ritos de paso

En su etimología la palabra rito deriva del latín ritus que significa básicamente repetir invariablemente un acto religioso o ceremonia. Los ritos suelen ser de purificación, cuando se celebran por medio del agua (bautismos y baños rituales). Los ritos de sangre, cuando hay derramamiento de sangre, ya sea sacrificios o la circuncisión. Los que son relativos a fenómenos naturales como la primavera, la siembra, la cosecha o las tempestades. Los ritos de consagración cuando son de personas como los reyes y sacerdotes o cuando son lugares en el caso de los templos. Luego están los ritos de acción de gracias y los funerarios, éstos últimos relacionados con la muerte y el paso a otra clase de vida. Los ritos de iniciación se relacionan con la introducción a los misterios o prácticas religiosas secretas. Finalmente están los ritos de paso propiamente dichos que se dan en momentos claves de la vida de una persona y aunque existen numerosas adaptaciones en cada cultura, todos se reducen a las tres edades más importantes en la vida de todo ser humano que son el nacimiento, el paso de la niñez a la adultez y la muerte, rituales que aparentemente son más modernos en realidad son variaciones de las tres etapas mencionadas.

La necesidad de los rituales

En la antigüedad el significado cabal de los ritos de paso era transmitido de forma oral a todos los miembros de una comunidad, en gran parte la sociedad actual no maneja de forma consciente estos significados reales de los rituales que realiza día a día, en su mayoría esta sabiduría ha pasado a formar parte de los mitos y cuentos tradicionales del folclore local.

Si alguna vez has visto la película o has leído el cuento de Alicia en el país de las maravillas, uno de mis preferidos, si bien es cierto que está catalogado como un cuento para niños, en realidad también está repleto de simbolismos iniciáticos y enseñanzas para la vida de cualquier adulto, en el caso de la Alicia nos enseña entre otras cosas la importancia de la disrupción como una forma de seguir un camino único elegido por nosotros y no por otros, así también es posible encontrar maravillosas metáforas aplicables a la vida cotidiana en otros cuentos, mitos y leyendas  porque valor simbólico nos ayuda a asimilar la incertidumbre, la dureza de la vida como un filtro de Instagram que embellece un poco nuestra cotidianeidad.

Ahora bien, la finalidad principal de los rituales en general es reforzar la cohesión, primero familiar y luego comunitaria del individuo que los pasa, psicológicamente estos ritos nos ayudan a pasar un puente de un estado de consciencia viejo a uno nuevo y más rico. 

La necesidad de los rituales ha quedado en evidencia con la reciente pandemia en la que nos vimos obligados a interrumpir drásticamente todo tipo de ritos comunitarios, tan necesarios para la salud mental como las medidas sanitarias implementadas mundialmente en el fatídico año 2020. 

La Psicología de los rituales

El valor de los vínculos comunitarios que se refuerzan con los rituales son fundamentales para la buena salud de la psique, lo supimos y lo sentimos muy fuerte con el confinamiento, observamos con tristeza que no haber podido celebrar esos rituales cotidianos han generado un impacto negativo en la salud mental de millones de personas, impacto que aún no podemos dimensionar en su real magnitud, la pandemia obligó a muchas personas a vivir el dolor de la pérdida en soledad, los ritos fúnebres que son un parte importantísima del proceso de duelo se ha cortó magnificando el dolor de las personas que no pudieron procesar el duelo en comunidad. La reciente pandemia ha sido uno de esos hitos en la humanidad en los que ha quedado claro el valor de los abrazos, de las novenas, de las honras fúnebres, de la compañía silenciosa de nuestros seres queridos, de la capacidad sanadora de los afectos que mediante los vínculos nos arrullan el alma. 

 

rituales cotidianos

Los vínculos afectivos son tan fuertes en algunos casos que incluso con el confinamiento la psique de muchas personas a echado mano a  sus recursos creativos que son también una defensa psíquica contra el dolor, nuestra mente tiene una admirable capacidad de defenderse y la ha hecho con valentía y creatividad al encierro, pudimos ver como miles de personas se ingeniaron para crear nuevas formas de compartir esos momentos importantes creando nuevos rituales en línea, códigos de comunicación para no perder las tradiciones, los acontecimientos y amortiguar un poco el dolor de la pérdida.

Los ritos son necesarios, es lo que hace que un día sea distinto de otros días, una hora, distinta de otras horas y aunque sea algo demasiado olvidado como dijo el zorro en el Principito, necesitamos de esos pasos repetidos que nos ayudan a comprender los ciclos de la vida que transitamos todos los días.







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